Efectos del sol en la piel
La exposición de nuestra piel a la radiación ultravioleta (UV) del sol, y la absorción de esta energía ultravioleta, provoca cambios en las señales químicas, hormonales y neuronales de nuestro organismo, lo que tiene efectos posteriores en las células inmunitarias y la síntesis de vitamina D, entre otros (1).
Beneficios de la exposición solar
Entre los beneficios más destacados de la exposición a la luz solar, se encuentra la síntesis de vitamina D y todos los beneficios derivados de esta. Pero, además, está científicamente demostrado que la exposición al sol mejora el sueño y el estado de ánimo.
Por un lado, la exposición a la luz solar modula directamente la disponibilidad de serotonina en el cerebro, aumentando los niveles de este neurotransmisor, comúnmente conocido como “la hormona de la felicidad” (2). Niveles bajos de serotonina se asocian a un mayor riesgo de depresión mayor con patrón estacional (antes conocido como trastorno afectivo estacional o TAE) (3).
En cuanto a la vitamina D, la principal fuente de esta vitamina es la síntesis cutánea, ya que es producida por el cuerpo cuando la piel se expone directamente al sol (4). La principal función de la esta vitamina es la absorción de calcio, por lo que su déficit está directamente relacionado con enfermedades óseas (5). Además, actúa sobre las células del sistema inmune, de forma que modula las respuestas inmunitarias e inflamatorias. Diversos estudios epidemiológicos relacionan un déficit de vitamina D con enfermedades autoinmunes, diabetes de tipo 2, enfermedades cardiovasculares y, recientemente, con infección por SARS-Cov-2 y muerte por COVID-19 (6,7).
Riesgos asociados a la exposición solar
La exposición solar sin protección se asocia, sin embargo, con múltiples riesgos tanto a corto plazo (quemaduras, manchas solares, acné o fotosensibilidad), como a largo plazo (envejecimiento y aumento del riesgo de padecer cáncer de piel).
A continuación, se explican algunos de estos riesgos.
Fotosensibilidad.
La fotosensibilidad, en ocasiones referida como “alergia al sol”, describe la sensibilidad a la luz ultravioleta del sol y otras fuentes de luz. Puede causar erupciones en la piel, fiebre, fatiga y dolor en las articulaciones.
Puede producirse como resultado de medicamentos recetados o de venta libre, de una afección médica o de un trastorno genético, o incluso por el uso de determinados tipos de productos para el cuidado de la piel. Existen dos tipos distintos de reacciones de fotosensibilidad: las fotoalérgicas y las fototóxicas (8).
Fotoenvejecimiento.
El envejecimiento de la piel puede dividirse en dos tipos: el cronológico o intrínseco, que se presenta principalmente en las zonas fotoprotegidas del cuerpo, y el extrínseco, también conocido como fotoenvejecimiento. La piel fotoenvejecida se caracteriza por el engrosamiento epidérmico, sequedad, arrugas profundas, pérdida de elasticidad, retraso en la cicatrización de las heridas y susceptibilidad a cáncer.
Podemos decir que el envejecimiento de la piel está influido tanto por factores intrínsecos heredados, como por factores extrínsecos o ambientales, como la exposición crónica a los rayos UV y el tabaquismo (9,10).
¿Cómo se produce el fotoenvejecimiento? La radiación ultravioleta aguda disminuye el contenido de ácido hialurónico dérmico y epidérmico, única molécula de la epidermis con capacidad para retener agua. El envejecimiento de la piel se asocia a la pérdida de humedad, consecuencia de la desaparición del ácido hialurónico de la epidermis (11).
El balance cuantitativo de los riesgos y beneficios no se conoce con precisión, pero diversos estudios apuntan a que es variable según el tipo de piel y la composición genética (12).
En todo caso, siempre se deben seguir medidas de protección antes de la exposición al sol. Algunas de las más importantes son las siguientes:
- Utilizar un sombrero que dé sombra a la cara, cuello y orejas.
- Utilizar gafas de sol que bloqueen la radiación UV y protejan la piel alrededor de los ojos.
- Utilizar protección solar 30 minutos antes de salir al exterior, y repetir la aplicación cada 2 horas o después de nadar o sudar.
- Evitar las horas más intensas de sol.
¿Qué papel tiene tu genética?
La piel es el órgano más extenso del cuerpo y existen casi tantas tipologías como personas en el mundo. Las diferentes características que definen tu piel vienen dadas por tu genética y por tu entorno, es decir, por tu ADN y por todas las cosas que te han pasado a lo largo de tu vida. Dos personas con el mismo tono de piel pueden tener diferente sensibilidad al sol, o diferentes predisposiciones al fotoenvejecimiento y las manchas solares y, en muchas ocasiones, esas diferencias pueden verse en el ADN.
La piel puede ser sensible al sol por diversos motivos, entre los que se encuentra la genética. Los genes relacionados con la pigmentación de la piel y una baja facilidad de bronceado son los que más influyen en la sensibilidad de nuestra piel al sol. Entre estos genes se encuentra el gen ASIP, que codifica la proteína de señalización de Agouti, la cual es responsable de la distribución de la melanina (13,14).
La melanina es un término muy amplio, utilizado para describir pigmentos naturales que se encuentran en la mayoría de los organismos vivos que poseen numerosas funciones, entre las que se encuentran la pigmentación (aporta color a la piel, el pelo y los ojos), la eliminación de radicales, la protección contra la radiación y la regulación térmica (15).
Otra consecuencia del sol relacionada estrechamente con la genética son las manchas solares. Las manchas solares faciales (lentigos solares) son manchas pigmentadas ovaladas o redondas que miden de 2 a 20 milímetros, de color pardo, uniformes y localizadas en áreas expuestas frecuentemente al sol como cara, brazos o dorso de las manos. Son de mayor tamaño que las pecas/efélides, no desaparecen en invierno y son comunes en la piel envejecida. Los lentigos solares son el resultado de un crecimiento local de células productoras de melanina en respuesta a la radiación UV. Estas manchas son más frecuentes entre la población caucásica y asiática y en mujeres, sobre todo a partir de los 50 años. Aunque son lesiones benignas, que no necesitan tratamiento médico, nos indican que la exposición solar ha sido excesiva.
Variantes en el gen MC1R se han asociado con un incremento de la predisposición a padecer manchas solares. Como se ha comentado previamente, melanina es un término muy amplio, existiendo diversas formas de la misma. El receptor de melanocortina 1, proteína directamente relacionada con el gen MC1R, controla qué tipo de melanina producen los melanocitos: eumelanina o feomelanina. Las cantidades relativas de estos dos pigmentos determinarán el color del pelo y piel de una persona (16). Además, diversos estudios señalan la contribución de variantes en este gen en la aparición de manchas solares con la edad, por una vía independiente de la producción de melanina (17).
Por último, cabe destacar el papel de la genética en el fotoenvejecimiento. Variaciones en el gen FBXO40, entre otros, se han asociado con una puntuación global de fotoenvejecimiento que combina factores como irregularidades en la pigmentación, arrugas y flacidez de la piel. Si el gen FBXO40 no se conocía por su función en la piel, ¿cómo afecta al fotoenvejecimiento? Este gen está relacionado con la vía de IGF1, una hormona que regula los efectos de la hormona del crecimiento en el cuerpo, que juega un papel importante en los procesos de inflamación, y que, además, está vinculada directamente con la miogénesis (proceso de formación de tejido muscular), lo que podría explicar su impacto en la gravedad de las arrugas y la flacidez (10).
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Además, en este informe no encontrarás únicamente información sobre cómo afecta la exposición solar a tu piel, sino que podrás conocer la predisposición de tu piel a otros factores, como varices o psoriasis, entre otros.
Bibliografía
1. [PDF] Benefits of sun exposure: vitamin D and beyond | Semantic Scholar [Internet]. [cited 2022 May 23]. Available from: https://www.semanticscholar.org/paper/Benefits-of-sun-exposure%3A-vitamin-D-and-beyond-Lucas-Rodney-Harris/dc40045c26279cd5e9e3239ae78fcda109d3b5c4
2. Blume C, Garbazza C, Spitschan M. Effects of light on human circadian rhythms, sleep and mood. Somnologie [Internet]. 2019 Sep 1 [cited 2022 Jun 2];23(3):147. Available from: /pmc/articles/PMC6751071/
3. Seasonal affective disorder (SAD) – Symptoms and causes – Mayo Clinic [Internet]. [cited 2022 Jun 2]. Available from: https://www.mayoclinic.org/diseases-conditions/seasonal-affective-disorder/symptoms-causes/syc-20364651
4. Valero Zanuy MÁ, Hawkins Carranza F. Metabolismo, fuentes endógenas y exógenas de vitamina D. REEMO [Internet]. 2007 Jul 1 [cited 2022 Jun 2];16(4):63–70. Available from: https://www.elsevier.es/es-revista-reemo-70-articulo-metabolismo-fuentes-endogenas-exogenas-vitamina-13108019
5. Laird E, Ward M, McSorley E, Strain JJ, Wallace J. Vitamin D and Bone Health; Potential Mechanisms. Nutrients [Internet]. 2010 [cited 2022 Jun 2];2(7):693. Available from: /pmc/articles/PMC3257679/
6. Borges MC, Martini LA, Rogero MM. Current perspectives on vitamin D, immune system, and chronic diseases. Nutrition [Internet]. 2011 Apr [cited 2022 Jun 2];27(4):399–404. Available from: https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/20971616/
7. Grant WB, Lahore H, McDonnell SL, Baggerly CA, French CB, Aliano JL, et al. Evidence that vitamin d supplementation could reduce risk of influenza and covid-19 infections and deaths. Nutrients. 2020 Apr 1;12(4).
8. Definición de fotosensibilidad – Diccionario de cáncer del NCI – NCI [Internet]. [cited 2022 Jun 2]. Available from: https://www.cancer.gov/espanol/publicaciones/diccionarios/diccionario-cancer/def/fotosensibilidad
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10. le Clerc S, Taing L, Ezzedine K, Latreille J, Delaneau O, Labib T, et al. A Genome-Wide Association Study in Caucasian Women Points Out a Putative Role of the STXBP5L Gene in Facial Photoaging. Journal of Investigative Dermatology [Internet]. 2013 Apr 1 [cited 2022 Jun 2];133(4):929–35. Available from: http://www.jidonline.org/article/S0022202X15362011/fulltext
11. Krutmann J, Schalka S, Watson REB, Wei L, Morita A. Daily photoprotection to prevent photoaging. Photodermatology, Photoimmunology & Photomedicine [Internet]. 2021 Nov 1 [cited 2022 Jun 2];37(6):482–9. Available from: https://onlinelibrary.wiley.com/doi/full/10.1111/phpp.12688
12. Lucas RM, Rodney-Harris R. Benefits of sun exposure: vitamin D and beyond. [cited 2022 Jun 2]; Available from: www.niwa.co.nz/atmosphere/uv-ozone/uv-science-workshops/2018-uv-workshop
13. Zhang M, Song F, Liang L, Nan H, Zhang J, Liu H, et al. Genome-wide association studies identify several new loci associated with pigmentation traits and skin cancer risk in European Americans. Human Molecular Genetics [Internet]. 2013 Jul 7 [cited 2022 Jun 2];22(14):2948. Available from: /pmc/articles/PMC3690971/
14. Millar SE, Miller MW, Stevens ME, Barsh GS. Expression and transgenic studies of the mouse agouti gene provide insight into the mechanisms by which mammalian coat color patterns are generated. Development [Internet]. 1995 [cited 2022 Jun 2];121(10):3223–32. Available from: https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/7588057/
15. Cao W, Zhou X, McCallum NC, Hu Z, Ni QZ, Kapoor U, et al. Unraveling the structure and function of melanin through synthesis. J Am Chem Soc [Internet]. 2021 Feb 24 [cited 2022 Jun 2];143(7):2622–37. Available from: https://pubs.acs.org/doi/abs/10.1021/jacs.0c12322
16. MC1R gene: MedlinePlus Genetics [Internet]. [cited 2022 Jun 2]. Available from: https://medlineplus.gov/genetics/gene/mc1r/
17. Jacobs LC, Hamer MA, Gunn DA, Deelen J, Lall JS, van Heemst D, et al. A Genome-Wide Association Study Identifies the Skin Color Genes IRF4, MC1R, ASIP, and BNC2 Influencing Facial Pigmented Spots. J Invest Dermatol [Internet]. 2015 Jul 18 [cited 2022 Jun 2];135(7):1735–42. Available from: https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/25705849/