El sistema linfático es una parte vital del sistema inmunitario del cuerpo humano. Se encarga de producir y transportar las células linfáticas por todo el torrente sanguíneo y actuar en caso de infecciones u otras enfermedades [1].
Está compuesto por una amplia red de vasos linfáticos que se van ramificando por las venas y arterias, así como de ganglios linfáticos a lo largo de todo el organismo (las amígdalas, los adenoides, el bazo y el timo). Cuando se padece un linfoma folicular, este afecta al tejido linfoide, del que está formado todo el sistema, y que se compone de linfocitos B y T [2].
Pero ¿qué es un linfoma folicular? ¿Tiene la genética alguna influencia en su desarrollo?
¿Qué es un linfoma folicular?
Un linfoma folicular es un tipo de cáncer que aparece en los leucocitos (glóbulos blancos), el sistema linfático y la médula ósea. Se trata de un subtipo de linfoma no hodgkiniano en el que las células de los tejidos linfoides se multiplican sin control, provocando el crecimiento tumoral que desata el cáncer [2]. Se trata del segundo tipo de linfoma más frecuente tras el linfoma de Hodgkin. [3]
En general, los linfocitos tienen un ciclo de vida predecible: los linfocitos viejos mueren, y el cuerpo crea nuevos para reemplazarlos. Cuando se padece un linfoma folicular, los linfocitos no mueren y el cuerpo sigue creando nuevos. El excedente de linfocitos se acumula en los ganglios linfáticos y provoca que se agranden.[4]
Su crecimiento es lento y afecta particularmente a los linfocitos B. Influye principalmente en los ganglios linfáticos, llegando a diseminarse hacia a la médula ósea o el bazo. La mayoría de los pacientes diagnosticados con linfoma folicular superan los 50 años [5].
El sistema linfático se encarga de filtrar la sangre y drenar el líquido de los tejidos de vuelta al torrente sanguíneo, además de combatir las infecciones. Debido a que el tejido linfoide se encuentra por todo el cuerpo, el linfoma folicular puede comenzar en prácticamente casi cualquier parte del organismo [2].
Síntomas del linfoma folicular
Los síntomas del linfoma folicular y los signos a los que habrá que estar atento son:
- Inflamación de los ganglios linfáticos en la zona del cuello, las axilas o las ingles. La inflamación de los ganglios puede llevar a comprimir algunos órganos vitales, provocando tos crónica, problemas para respirar, o dolor torácico, abdominal o lumbar, dependiendo del órgano afectado.
- Fiebre.
- Sudores nocturnos intensos.
- Pérdida de peso (no intencionada).
- Cansancio por anemia.
- Infecciones. Debido al mal funcionamiento del sistema linfático que protege de las infecciones por el cáncer, los pacientes pueden sufrir infecciones recurrentes o que se convierten en difíciles de tratar.
- Aunque es poco frecuente, algunos de los síntomas del linfoma folicular son provocados por la disminución de la producción de trombocitos en la médula ósea, lo que puede llevar a hemorragias, formación de hematomas con facilidad, sangrado de nariz o encías, y aparición de pequeños puntos rojos en la piel (habitualmente en tobillos y espinillas) [2].
Causas del linfoma folicular
En muchos casos se desconoce qué causa exactamente el linfoma folicular, pero existen diferentes factores que pueden influir en su desarrollo.
El estilo de vida, los factores medioambientales y algunos trastornos médicos anteriores se han relacionado con la aparición de linfoma folicular, pero su influencia no está todavía clara.
- Alimentación: se ha identificado una relación entre el linfoma folicular y el consumo de carne y leche, además de los nitratos y nitritos que se encuentran en la carne curada, conservantes alimenticios o algunas frutas.
- Alcohol: el consumo de vino aumenta el riesgo de aparición de linfoma folicular cuando se superan los 19 gramos de alcohol al día (una copa tiene aproximadamente 14 g). La ingesta de alcohol se asocia también con diferentes tipos de cáncer.
- Tabaco: los fumadores presentan un riesgo superior de desarrollar linfoma folicular.
- Antecedentes médicos: los trastornos con depresión del sistema inmunitario también se relacionan con el linfoma folicular, como VIH/SIDA, enfermedades autoinmunes o diferentes medicamentos [2].
Tratamiento
Para el linfoma folicular se pueden utilizar diferentes tipos de tratamiento:
- Radioterapia. La radioterapia es uno de los tratamientos más comunes para el cáncer, que destruye las células cancerosas que se han formado en los ganglios. En el caso de mujeres embarazadas con linfoma folicular la radioterapia se debe administrar después del parto para evitar cualquier riesgo para el bebé.
- Quimioterapia. La quimioterapia es otro tratamiento muy utilizado para el linfoma folicular en el que se usan medicamentos para interrumpir la formación de las células cancerosas, ya sea destruyéndolas o impidiendo su multiplicación.
- Inmunoterapia. En este caso se utiliza el sistema inmunitario para combatir el linfoma folicular. Mediante sustancias elaboradas por el propio cuerpo o producidas en un laboratorio se busca restaurar las defensas del cuerpo para luchar contra el cáncer.
- Terapia dirigida. La terapia dirigida es un tipo de tratamiento para el que se utilizan medicamentos u otras sustancias a fin de identificar y atacar células cancerosas específicas. Por lo general, las terapias dirigidas causan menos daño a las células normales que otros tipos de tratamiento.
- Cirugía. En ocasiones se recurre a la cirugía para extirpar el linfoma folicular.
- Trasplante de células madre. Tras un tratamiento de radioterapia o quimioterapia, se utilizan células madre, ya sean extraídas del propio paciente o de un donante, para reemplazar las células destruidas en el tratamiento [5].
¿Influye la genética en el linfoma folicular?
El linfoma folicular no tiene un origen genético, aunque sí existen estudios que muestran cierto grado de influencia. Un 90% de los linfomas foliculares presentan una translocación entre los cromosomas 14 y 18, es decir, un desplazamiento de un fragmento de un cromosoma al otro, que se considera el evento genético inicial en el desarrollo de este linfoma [6].
Además, existen mutaciones genéticas que se encargan de modificar la composición y estructura del linfoma, así como la predisposición a padecer esta enfermedad, en los genes BCL2, CXCR5 y SLC14A2, entre otros [2012]. Estas mutaciones genéticas alteran el microentorno, produciendo así la aparición de las células del linfoma [6].
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Bibliografía
- Sistema linfático. MedlinePlus en español. [consultado marzo 2023] Disponible en: https://medlineplus.gov/spanish/ency/article/002247.htm
- Linfoma folicular: guía para pacientes Información para pacientes basada en la guía clínica de la ESMO. [consultado marzo 2023]. Disponible en: https://www.esmo.org/content/download/52239/963515/1/ES-Linfoma-Folicular-Guia-Para-Pacientes.pdf
- Aspectos biológicos del linfoma folicular. Dr. Daniel Martínez Hernández y Dr. Elías Campo Güerri. [consultado marzo 2023]. Disponible en: http://www.leucemiaylinfoma.com/modulos/CH/2013/Capitulo_1-I_2013.pdf
- Linfoma no hodgkiniano – Síntomas y causas. Mayo Clinic. [consultado marzo 2023]. Disponible en: https://www.mayoclinic.org/es-es/diseases-conditions/non-hodgkins-lymphoma/symptoms-causes/syc-20375680
- Tratamiento del linfoma no Hodgkin en adultos. Instituto Nacional del Cáncer. [consultado marzo 2023]. Disponible en: https://www.cancer.gov/espanol/tipos/linfoma/paciente/tratamiento-lnh-adultos-pdq
- Linfoma folicular: de genética a práctica clínica. Onco Américas. [consultado marzo 2023]. Disponible en: https://www.oncoamericas.com/es/linfoma-folicular-de-genetica-a-practica-clinica/